El café entre tradición y tendencia: ¿qué pesa más, el sabor o la imagen?

Cuando el vaso importa más que el café: una reflexión sobre las nuevas formas de consumir café
Actualmente, existen dos maneras diferentes de consumir café: una orientada a disfrutarlo con calma, apreciando sus aromas, matices y orígenes, y otra basada en una necesidad inmediata de energía, sin tiempo para rituales. Ambas formas coexisten en la vida diaria y son válidas según el contexto.
La cultura del café de especialidad frente al sabor tradicional y hogareño
Los cafés de especialidad elaborados con métodos como v60, Aeropress o Chemex permiten que el café despliegue sus mejores cualidades. Este tipo de cafés invitan a detener el tiempo y a apreciar su complejidad. Sin embargo, en ocasiones se requiere un café fuerte y rápido, incluso con un sabor más intenso o ligeramente tostado, simplemente por la necesidad de cafeína.
En esos momentos, el proceso de pedir un café no debe complicarse con términos como flat white o macchiato. El café con leche tradicional cumple una función básica y práctica, sin necesidad de sofisticaciones.
Un contexto histórico que explica el consumo tradicional en España
La historia también influye en las preferencias de consumo. Tras la Guerra Civil española y la escasez de café, se popularizó la infusión de achicoria, que tiene un sabor amargo y terroso. Posteriormente, el café torrefacto —tostado con azúcar para intensificar su sabor— se mantuvo vigente en muchas regiones.
Aunque este tipo de café es cuestionado por expertos, sigue siendo común en supermercados y cafeterías, ya que para muchas personas representa un sabor familiar y tradicional.
El papel de las marcas globales en la transformación de la cultura del café
Starbucks y el vaso como símbolo de identidad global
La transformación en el consumo de café no surgió exclusivamente en establecimientos locales, sino que fue impulsada por marcas globales. Por ejemplo, Apple convirtió el diseño de sus auriculares en un símbolo distintivo, y Starbucks replicó esta estrategia con su vaso blanco y la sirena verde, que pasó de ser un simple contenedor a un ícono reconocido internacionalmente.
Actualmente, muchas personas coleccionan vasos de Starbucks como recuerdos de viaje, buscando ediciones especiales de distintas ciudades. El café se ha convertido en una experiencia estética y una forma de pertenencia a una comunidad global.
De cafeterías tradicionales a espacios diseñados para redes sociales
En el panorama actual, han surgido cafeterías en las que el entorno visual tiene mayor protagonismo que el café. Estos espacios, que suelen ser atractivos para redes sociales, ofrecen ambientes con animales exóticos o temáticas llamativas para generar imágenes impactantes.
En estos casos, el café funciona como un elemento complementario dentro de un escenario pensado para la fotografía, donde la forma y la apariencia son más relevantes que el sabor.
La convivencia necesaria entre innovación y tradición en el consumo de café
La ampliación de opciones para diferentes consumidores
La innovación en el sector ha permitido la inclusión de más opciones para quienes antes no encontraban alternativas adecuadas: cafés con leches vegetales, versiones sin lactosa o descafeinadas que facilitan el acceso a esta bebida.
Ambas formas de consumo pueden coexistir y aportar valor. Por ejemplo, existen cafeterías de especialidad reconocidas, así como establecimientos tradicionales que ofrecen un café más intenso y sencillo, con un ambiente familiar y cotidiano.
La importancia de mantener la diversidad en las preferencias
Si las nuevas tendencias reemplazan por completo a las tradiciones, se pierde el contraste que enriquece la experiencia. La convivencia entre lo nuevo y lo tradicional permite que cada consumidor encuentre su espacio. A veces, después de disfrutar un café especializado, se extraña regresar a un café sencillo, sin etiquetas ni adornos, que solo ofrece sabor y rutina.