Hambruna en Gaza: México denuncia y ONU exige acción urgente

Gaza, Territorios Palestinos/Naciones Unidas – La Franja de Gaza se encuentra sumida en una crisis humanitaria sin precedentes, donde el hambre se ha convertido en una amenaza más dolorosa y persistente que las bombas.
Expertos y organizaciones internacionales alertan que la totalidad de la población, unos 2.1 millones de personas, enfrenta una situación de inseguridad alimentaria aguda. México ha condenado formalmente ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) el uso del hambre como arma de guerra en Gaza, calificando el mecanismo de distribución de ayuda establecido por Israel como “peligroso e ineficaz”.
La situación es crítica, con autoridades palestinas reportando alrededor de 50 muertes por inanición solo este mes, y más de 100 desde el inicio del conflicto.
La devastadora situación se agrava día a día, con proyecciones que indican que para septiembre, medio millón de personas podrían estar en una fase catastrófica de hambre extrema, la etapa más grave según la Clasificación Integrada de las Fases (CIF). Esta fase implica un “riesgo real de muerte por inanición si no se interviene de forma inmediata”.
Desnutrición infantil y crisis alimentaria afectan a millones en Gaza
El hambre, descrita como “lenta, silenciosa y prevenible”, mata en una agonía prolongada, especialmente a los niños. Cristina Izquierdo, coordinadora de Nutrición de Acción Contra el Hambre, compara el hambre con las bombas, señalando que despoja “día a día, quita la fuerza, la esperanza, la dignidad”.
Los padres en Gaza se saltan comidas para alimentar a sus hijos, mientras los menores mendigan o comen hojas, forraje o harina mezclada con agua de mar. La desesperanza y el abandono son emociones comunes entre la población.
Científicamente, el cuerpo humano puede tolerar períodos limitados de ayuno, pero la prolongación de la ausencia de alimento lleva a una “cascada de fallos orgánicos”. Carol Lorencio, de la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias, explica que tras el agotamiento de las reservas de glucosa en 24-36 horas, el cuerpo recurre a sintetizar glucosa de aminoácidos y, finalmente, a descomponer grasa para obtener energía.
Este proceso de “autoconsumo” degrada el propio sustrato del cuerpo, afectando órganos vitales como el corazón, el cerebro y el hígado, lo que puede llevar a un “fallo multiorgánico” y, combinado con deshidratación, a la muerte en días. El hambre también causa dolor físico y mental, provocando “malestar, inquietud, desasosiego”.
ONU y México condenan uso del hambre como arma de guerra
Las consecuencias de la falta de alimento ya están dejando “cicatrices bien visibles”. La desnutrición aguda ha aumentado significativamente en los niños, debilitando su sistema inmunológico y haciéndolos vulnerables a enfermedades comunes como neumonías y diarreas. Un informe de Oxfam Intermón señala un aumento del 150% en enfermedades transmitidas por agua en mal estado en tres meses. Brotes de diarrea acuosa, ictericia, sarna, hepatitis A, fiebre tifoidea y sarampión son “rampantes”. Samer Abuzerr, profesor de Salud Pública en la Universidad de Ciencias y Tecnología de Jan Yunis, describe la desnutrición y las enfermedades como un “círculo vicioso”.
La desnutrición crónica en niños no solo afecta su estatura, sino también su desarrollo cognitivo. En adultos, provoca pérdida de masa muscular, fatiga crónica, anemia y alteraciones metabólicas, además de un impacto psicológico que incluye ansiedad, irritabilidad y depresión. El impacto en mujeres embarazadas es especialmente crítico, pudiendo resultar en partos prematuros, bajo peso al nacer e incluso afectaciones en el desarrollo cerebral de los descendientes.
Inseguridad alimentaria en Gaza podría dejar secuelas por generaciones
El daño de las privaciones alimentarias puede dejar secuelas metabólicas y cardiovasculares incluso en los descendientes de quienes han sufrido inanición. Estudios sobre la hambruna holandesa durante la Segunda Guerra Mundial demostraron que sus efectos persistieron en la descendencia con mayores riesgos de obesidad, diabetes o enfermedades coronarias, e incluso alteraciones genéticas. Otro estudio sobre el asedio a Leningrado reveló que la exposición a la hambruna en la adolescencia incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares. El hambre en Gaza “no se detiene con esta generación” y puede convertirse en un ciclo de pobreza, enfermedad y desigualdad heredado.
Ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el representante permanente de México, Héctor Vasconcelos, expresó la “profunda preocupación” por la creciente fragilidad regional y el “deterioro alarmante de las condiciones de vida” en Gaza. Subrayó que la reconstrucción de Gaza debe ser una prioridad y que un alto el fuego duradero es “un imperativo” para cualquier esfuerzo de paz, el cual debe incluir garantías de seguridad tanto para Israel como para un futuro Estado palestino. México también alertó sobre el impacto económico, con un aumento del 200% en los precios de alimentos y una caída del 28% en el PIB palestino en 2024.
La Paradoja Burocrática y el Futuro Incierto
Aunque la Clasificación Integrada de las Fases (CIF) tiene criterios para declarar una hambruna, como que el 20% de las familias no puedan satisfacer sus necesidades alimentarias mínimas o que el 30% de los menores sufran desnutrición grave, la devastación y el bloqueo humanitario dificultan estas mediciones.
Cristina Izquierdo insiste en que la “ausencia de una declaración formal no puede ser la excusa para no actuar”. Aunque la etiqueta de hambruna no alimentará ni salvará vidas directamente, sí podría acelerar decisiones políticas y desbloquear fondos internacionales.
Si la situación no cambia, se prevé una generación de niños con retraso de crecimiento, madres dando a luz en condiciones inseguras, y un sistema de salud colapsado. Más allá de lo físico, habrá una “herida psicológica y colectiva”, marcada por el trauma, el miedo y la pérdida. Como concluye Izquierdo, “no solo es la salud lo que está en juego, es el futuro de un pueblo”.