Papas fritas aumentan el riesgo de diabetes tipo 2 hasta en un 27%, revela estudio de Harvard

Papas fritas aumentan el riesgo de diabetes tipo 2 hasta en un 27%, revela estudio de Harvard

Un exhaustivo estudio publicado en el prestigioso British Medical Journal (BMJ) revela que la frecuencia y el método de preparación de las papas impactan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La investigación, liderada por especialistas de la Universidad de Harvard y Cambridge, analizó datos de más de 205,000 profesionales de la salud en Estados Unidos durante casi cuatro décadas. Los hallazgos indican que consumir papas fritas tres veces por semana puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 en un 20%, y hasta en 27% si se ingieren cinco veces por semana.

El estudio reabre el debate sobre los efectos de los métodos de cocción en la salud y subraya la importancia de las elecciones dietéticas para prevenir enfermedades crónicas.

Cómo la fritura de papas eleva el riesgo de diabetes tipo 2

La investigación destaca que las papas por sí mismas no representan una amenaza significativa. El peligro aumenta con la frecuencia y, sobre todo, con la forma de preparación: la fritura en aceite es la modalidad “claramente asociada al mayor aumento del riesgo”.

  • Densidad calórica y grasa: La fritura incrementa la densidad calórica, el contenido de grasas y la adición de sal, factores que favorecen el aumento de peso y las alteraciones metabólicas. Aproximadamente la mitad de la relación entre las frituras y la diabetes se explica por el aumento de peso.
  • Índice glucémico: Al freír las papas, la estructura del almidón se rompe y se impregna de grasa, lo que eleva el índice glucémico y exige mayor esfuerzo al metabolismo para procesar la glucosa.
  • Compuestos nocivos: El uso repetido de aceites muy calientes puede generar compuestos que dañan con el tiempo las células pancreáticas.
  • Contexto dietético: Las papas fritas suelen acompañarse de ultraprocesados, carnes procesadas o bebidas azucaradas, lo que agrava su impacto metabólico.

En contraste, hornear, hervir o preparar puré de papas conserva en gran medida la estructura del almidón, lo que permite una descomposición más lenta y evita picos bruscos de glucosa en sangre.

Expertos de Harvard y Cambridge alertan sobre los efectos de las papas fritas

Seyed Mohammad Mousavi, investigador postdoctoral del Departamento de Nutrición de Harvard y líder del estudio, enfatiza el cambio de enfoque: “Cambiamos la pregunta de ‘¿son buenas o malas las papas?’ a ‘¿cómo se preparan y qué podríamos comer en su lugar?’”.

La nutricionista Marta Comas Martínez, del Hospital Vall d’Hebron, señala que los resultados reflejan que el consumo total de patata puede incrementar el riesgo de diabetes tipo 2, con la patata frita como la de mayor riesgo frente a otros métodos de cocción.

El Dr. Kawther Hashem, profesor de nutrición en la Universidad Queen Mary de Londres, confirma que las papas pueden formar parte de una dieta saludable siempre que la preparación favorezca un bajo contenido en grasas y un mejor perfil nutricional.

Alternativas saludables para reducir el riesgo de diabetes tipo 2

Un hallazgo clave: sustituir las papas fritas por cereales integrales podría reducir el riesgo de diabetes tipo 2 en un 19%. Incluso reemplazar papas hervidas, horneadas o en puré por cereales integrales ofrece una reducción del 4%.

El estudio advierte que reemplazar papas por arroz blanco puede aumentar el riesgo debido a su alto índice glucémico y su carácter refinado.

Lo que sí se recomienda

  • Consumir papas hervidas, al horno o al vapor.
  • Optar por cereales integrales como quinoa, avena, arroz integral o pan de grano entero.
  • Acompañar las papas con verduras y legumbres.
  • Reducir la frecuencia y controlar la porción de papas fritas.

Lo que se debe limitar

  • El consumo frecuente de papas fritas.
  • Reemplazar papas con arroz blanco.
  • Ultraprocesados que suelen acompañar las frituras.

Walter Willett, profesor de epidemiología y nutrición y autor correspondiente del estudio, resume: “Pequeños cambios en la dieta diaria pueden tener un impacto importante en el riesgo de diabetes tipo 2”.

Alcance y limitaciones del estudio

El equipo analizó encuestas alimentarias de más de 205,000 profesionales de la salud en Estados Unidos, actualizadas cada cuatro años entre 1984 y 2021, y documentó 22,299 casos de diabetes tipo 2. Para validar, añadieron un metaanálisis con 13 cohortes previas y más de 500,000 participantes en cuatro continentes.

Aun con su robustez, al tratarse de un estudio observacional no establece causalidad. Además, más del 90% de los participantes eran profesionales sanitarios de ascendencia europea, lo que podría limitar la generalización a poblaciones más diversas.

Valentina Rodríguez