Murió José “Pepe” Mujica, el expresidente de Uruguay que revolucionó la política con humildad y firmeza

Muere José “Pepe” Mujica, el expresidente de Uruguay que marcó un antes y un después en América Latina
José “Pepe” Mujica, el expresidente de Uruguay y referente histórico de la izquierda latinoamericana, falleció este martes a los 89 años tras una larga batalla contra el cáncer de esófago. El anuncio fue realizado por el actual mandatario Yamandú Orsi, quien expresó su pesar a través de redes sociales: “Te vamos a extrañar mucho, viejo querido”.
El presidente más austero del mundo y su lucha contra el cáncer
En mayo de 2024, Mujica fue diagnosticado con un agresivo cáncer que se extendió al hígado, según confirmó su médica personal, Raquel Pannone. En enero de 2025, el exmandatario declaró al semanario Búsqueda: “Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. El guerrero tiene derecho a su descanso”.
A pesar de su delicado estado de salud, Mujica fue una figura clave en el regreso al poder del Frente Amplio en las elecciones de noviembre de 2024, respaldando activamente la campaña de Orsi. Tras su triunfo, el propio Mujica lo describió como un “premio de despedida”.
Un líder que trascendió fronteras con su visión progresista
Durante su presidencia (2010-2015), Mujica impulsó reformas pioneras que posicionaron a Uruguay como un referente mundial. Fue el primer país en legalizar y regular el mercado de la marihuana en 2013, además de aprobar el aborto y el matrimonio igualitario.
Sus discursos en foros internacionales, como la conferencia ONU Rio+20 en 2012 y la Asamblea General en 2013, criticaron abiertamente el consumismo y el poder del mercado, captando la atención mundial por su franqueza y autenticidad. Mujica era conocido por su estilo sencillo, incluso al vestir: sin corbata y sin poses protocolares.
Una vida marcada por la rebeldía, la cárcel y el servicio público
Antes de llegar al poder, Mujica fue uno de los líderes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), una guerrilla urbana activa entre los años 60 y 70. Capturado por el régimen militar, pasó 13 años en prisión en condiciones inhumanas.
Tras su liberación en 1985, retomó la vida política y fundó el Movimiento de Participación Popular (MPP), que se convirtió en el sector más votado del Frente Amplio. Fue diputado, senador, ministro de Ganadería y finalmente presidente.
Un político fuera del protocolo que conectó con el pueblo
Mujica ganó fama mundial como “el presidente más pobre del mundo”, ya que durante su mandato se negó a vivir en la residencia oficial, prefiriendo su modesta chacra a las afueras de Montevideo. Donaba gran parte de su salario y vivía de forma austera, acompañado de su esposa, Lucía Topolansky, también exguerrillera y exvicepresidenta (2017-2020).
Recibió en su casa a líderes internacionales y celebridades como el rey emérito Juan Carlos II y el cineasta serbio Emir Kusturica, quien le dedicó un documental en 2018. Mujica fue conocido por sus frases sin filtro, como cuando llamó “peor que el tuerto” a la expresidenta argentina Cristina Kirchner, en referencia a su esposo fallecido, sin darse cuenta de que el micrófono estaba abierto.
El legado de Mujica: tierra, flores y principios
En 2020, la pandemia lo obligó a renunciar a su banca en el Senado, pero nunca se alejó del activismo político ni de su pasión por el campo. Pasó sus últimos días rodeado de libros, flores y recuerdos, acompañado de Lucía, a quien consideró su mayor acierto: “Sin ella hubiera sido muy difícil sobrevivir”.
Pepe Mujica deja un legado imborrable en la política uruguaya y latinoamericana. Un líder que vivió con humildad, habló con franqueza y gobernó con principios. Su vida es ejemplo de coherencia entre el decir y el hacer.