Descubiertas en Marte rocas con “Manchas de Leopardo” que podrían ser las señales más convincentes de vida pasada

Descubiertas en Marte rocas con “Manchas de Leopardo” que podrían ser las señales más convincentes de vida pasada

El vehículo explorador Perseverance de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) ha hallado en el cráter Jezero de Marte unas inusuales rocas sedimentarias, o lutolitas, que presentan intrigantes marcas descritas como “manchas de leopardo” y “semillas de amapola”, las cuales representan la evidencia más convincente hasta la fecha de posible vida pasada en el planeta rojo. Este descubrimiento, publicado en la revista Nature, es lo suficientemente significativo como para ser clasificado como “posibles biofirmas” por la NASA, justificando una investigación más profunda para determinar su origen biológico. La única manera de confirmar si estos minerales fueron creados por microbios sería traer las rocas a la Tierra para su análisis, una misión que actualmente enfrenta importantes desafíos presupuestarios y logísticos.

El hallazgo y su significado científico

Las rocas, que tienen aproximadamente 3.500 millones de años, fueron encontradas el año pasado en el fondo de un cañón excavado por un río, en una zona conocida como Formación Bright Angel dentro del cráter Jezero. Este cráter fue en su día un lago en el que desembocaba un río, ofreciendo un ambiente prometedor para la vida antigua. La muestra específica se ha bautizado como “Cañón Zafiro” y se detectó que contiene fosfato y sulfuro de hierro. Joel Hurowitz, científico de la Universidad Stony Brook de Nueva York y autor principal del estudio, declaró que “de inmediato supimos que se había producido una química interesante en estas rocas”.

Los científicos creen que las formaciones contienen minerales producidos por reacciones químicas que podrían estar asociadas con antiguos microbios. En la Tierra, reacciones químicas similares que crean minerales a menudo son impulsadas por microorganismos. El Dr. Hurowitz explicó que “creemos que lo que hemos encontrado es evidencia de un conjunto de reacciones químicas que tuvieron lugar en el lodo depositado en el fondo de un lago. Estas reacciones químicas parecen haber tenido lugar entre el propio lodo y la materia orgánica, y ambos ingredientes reaccionaron para formar nuevos minerales”. Aunque no descartan completamente procesos geológicos naturales, estos requerirían altas temperaturas que no parecen haber afectado a las rocas. La Dra. Nicola Fox, Administradora Asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, comparó el hallazgo con “ver los restos de un fósil”, sugiriendo que podrían ser “restos de comida, quizás esa comida fue excretada y eso es lo que estamos viendo aquí”.

El profesor Sanjeev Gupta, científico planetario del Imperial College de Londres y coautor del estudio, enfatizó que, aunque no se ha encontrado vida, el hallazgo “realmente nos da un motivo para investigar”.

El dilema del retorno de muestras a la tierra

A pesar del entusiasmo científico, la confirmación definitiva de que estas “posibles biofirmas” son, en efecto, evidencia de vida pasada en Marte depende del análisis en laboratorios terrestres. Para ello, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) habían propuesto una misión conjunta, el programa Mars Sample Return (MSR), cuyo futuro ahora parece incierto debido a enormes recortes presupuestarios en la administración estadounidense.

El plan original del MSR enfrentó críticas por su alto costo, estimado en 11.000 millones de dólares, y un cronograma que preveía la llegada de las primeras muestras recién en 2040, lo cual fue calificado de “simplemente inaceptable” por el ex administrador de la NASA, Bill Nelson.

Ante esta situación, la NASA está evaluando dos alternativas para simplificar y abaratar la misión, con el objetivo de que las muestras lleguen a la Tierra entre 2035 y 2039, y con un presupuesto de entre 5.500 y 7.700 millones de dólares. Las opciones incluyen el uso de la tecnología probada de grúa aérea, similar a la utilizada para el descenso de Curiosity y Perseverance, o la colaboración con el sector privado, invitando a compañías como SpaceX o Blue Origin a desarrollar plataformas para llevar módulos de carga pesada a Marte. La Dra. Nicky Fox destacó que la misión es crucial para comprender la historia geológica de Marte y la evolución del clima, además de preparar a la humanidad para futuras exploraciones humanas.

Mientras tanto, China también está desarrollando una misión con el mismo objetivo, con un posible lanzamiento en 2028. Los científicos, como el profesor Gupta, urgen a que las muestras, incluyendo las de la Formación Bright Angel, sean prioritarias para su retorno, ya que solo el análisis en la Tierra permitirá aplicar técnicas avanzadas, como análisis isotópicos de alta precisión y estudios microscópicos con instrumentos pesados, que son imposibles de realizar con un rover.

Contexto marciano y la búsqueda de vida

Aunque Marte es hoy un desierto frío y árido, existe una sólida evidencia de que, hace miles de millones de años, poseía una atmósfera densa y agua líquida. Esta característica lo convierte en un lugar sumamente prometedor para la búsqueda de vida pasada. El Perseverance, que aterrizó en Marte en 2021, fue específicamente diseñado para esta misión. El cráter Jezero, su área de exploración, fue elegido precisamente por haber albergado un antiguo lago.

La búsqueda de vida más allá de la Tierra no solo tiene implicaciones científicas, sino también un profundo impacto filosófico y cultural en la humanidad, ofreciendo el potencial de transformar nuestra comprensión del universo y de nosotros mismos. Sin embargo, la decisión sobre el futuro de la misión de retorno de muestras es tanto política como científica, con la NASA programada para elegir entre las opciones propuestas en 2026.

Valentina Rodríguez