Steve Ells, fundador de Chipotle, cierra su restaurante vegano Kernel y regresa con un concepto más tradicional

Steve Ells, fundador de Chipotle, fracasa con restaurante vegano operado por robots y vuelve a lo tradicional
El empresario Steve Ells, reconocido por haber revolucionado la comida rápida con la creación de Chipotle, intentó regresar al mundo de la restauración con una apuesta tecnológica y sostenible: un restaurante vegano atendido por robots. Sin embargo, su proyecto llamado Kernel fue un fracaso en la ciudad de Nueva York. Hoy, Ells vuelve a sus raíces con Counter Service, una propuesta mucho más tradicional y enfocada en lo humano.
Una apuesta ambiciosa: menú vegano, tecnología visible y robots en la cocina
Luego de una jubilación anticipada, Ells regresó motivado por la preocupación por el medio ambiente tras escuchar a Bill Gates hablar sobre el impacto climático de la industria cárnica. Así nació Kernel, un concepto de restaurante con un menú completamente vegano, cocinado en una cocina central y finalizado por un robot visible al cliente en locales asépticos y minimalistas inspirados en Silicon Valley.
La idea era ambiciosa: ofrecer comida deliciosa, sostenible y práctica para el día a día, al estilo de lo que logró con Chipotle. Además, Ells buscaba dignificar el trabajo en la industria gastronómica, utilizando la tecnología para que los empleados evitaran las tareas más pesadas y pudieran recibir mejores sueldos.
Inversión millonaria y chefs estrella no fueron suficientes para atraer clientes
Para Kernel, Ells logró recaudar 36 millones de dólares, de los cuales invirtió 10 millones de su propio capital. Contrató al chef Andrew Black, ex integrante del reconocido restaurante Eleven Madison Park, y como jefe de cocina a Neil Stetz, del restaurante Quince en San Francisco.
Los locales, ubicados en zonas clave como Madison Square Park y el SoHo, ofrecían una experiencia futurista con tecnología a la vista. Sin embargo, el público reaccionó con frialdad. “Claramente nos hemos dado cuenta de que al público no le gustaba ver la tecnología tan de cerca cuando se trata de comer”, reconoció Ells.
El menú, inicialmente 100% vegano, terminó incorporando pollo y lácteos en un intento por atraer a más clientes. A pesar de los cambios, el proyecto no despegó. El ambiente frío, los problemas técnicos del robot y la falta de conexión emocional con los comensales sellaron el destino del restaurante.
De Kernel a Counter Service: el regreso de Ells a lo clásico
En febrero de 2025, Ells anunció el cierre definitivo de Kernel y el nacimiento de un nuevo concepto: Counter Service, una propuesta mucho más cercana al público y alejada del enfoque tecnológico de su intento anterior.
Este nuevo local, con sede en Chelsea y Park Avenue, recupera elementos clásicos de la gastronomía estadounidense: bocadillos artesanales, ambiente cálido y un equipo humano activo tras el mostrador. El primer sándwich de la carta: rosbif. El menú está escrito con caligrafía tipo artesanal y el local tiene un aire vintage y obrero.
La tecnología sigue presente, pero ahora en segundo plano
Aunque ahora la robótica no es visible, Ells asegura que la tecnología no ha desaparecido. “La tecnología sigue siendo una parte muy importante”, dijo. “Simplemente no está ahora tan visible. Y no descartamos en el futuro volver a utilizar la robótica”.
Lo que sí permanece es su apuesta por el bienestar del personal. Asegura que los empleados reciben mejores sueldos y trabajan en mejores condiciones, aunque el enfoque actual pone en primer plano la conexión humana y la experiencia emocional del comensal.
Lecciones aprendidas: el público no está listo para robots cocineros visibles
La experiencia con Kernel le dejó una enseñanza clara: los clientes aún valoran el contacto humano en la comida. A pesar de vivir en una era dominada por la inteligencia artificial, asistentes virtuales y vehículos autónomos, los neoyorquinos no están preparados para que un brazo robótico les prepare el almuerzo a la vista.
“La gente no va a cambiar los hábitos por obligación. El cliente es egoísta y, ante todo, va a querer comida deliciosa”, sentenció Ells, aceptando que sus buenas intenciones ecológicas no bastaron para mantener a flote el proyecto.
Hoy, con Counter Service, parece estar redimiéndose del tropiezo. Y aunque Kernel fue un experimento fallido, le permitió redescubrir qué es lo que realmente conecta con el público: calidad, cercanía y sabor, más allá de cualquier avance tecnológico.