Google gana batalla por Chrome, pero pierde exclusividad con Apple: ¿nueva era en buscadores?

Un tribunal federal de EE. UU. emitió un fallo trascendental el 3 de septiembre de 2025 en el caso antimonopolio contra Google, dictaminando que la empresa puede mantener la propiedad de su navegador web Chrome y continuar pagando a Apple y otros socios para que su buscador sea el predeterminado. Sin embargo, el juez Amit Mehta eliminó la cláusula de exclusividad de estos acuerdos, lo que permite a Apple subastar esta lucrativa posición a múltiples postores. Esta decisión marca el inicio de una nueva era de competencia en el mercado de buscadores, beneficiando enormemente a Apple y redefiniendo las reglas del juego para Google.
Victoria agripia para Google: Chrome a salvo, pero sin blindaje exclusivo
El fallo judicial, anunciado justo antes del 3 de septiembre de 2025, resuelve una parte crucial de la demanda antimonopolio presentada por el Departamento de Justicia de EE. UU. y varios estados contra Alphabet, la empresa matriz de Google. Las acusaciones buscaban obligar a Google a desprenderse de su navegador estrella, Chrome, y a desvincular su buscador de Android, su sistema operativo móvil.
Chrome permanece en Google
El juez federal Amit Mehta reconoció que Alphabet había incurrido en algunas prácticas monopólicas, pero falló a favor de la compañía en la parte fundamental de la demanda: mantener la titularidad de Chrome y su relación con Android. Mehta consideró que una “desinversión forzosa de estos activos clave” sería “muy complicada y arriesgada”. “Los demandantes se excedieron al solicitar la desinversión forzosa de estos activos clave, que Google no utilizó para imponer restricciones ilegales”, señaló el juez.
El fin de la exclusividad en pagos
A pesar de esta victoria, Google enfrentará un cambio significativo en sus acuerdos de distribución. El juez permitió que Google continúe realizando pagos multimillonarios a Apple y otros socios para ser el buscador predeterminado, pero con una condición fundamental: ya no podrá blindar esa posición con un contrato de exclusividad. Esto significa que Google podrá pagar por aparecer preinstalado, pero no podrá impedir que sus competidores, como Microsoft con Bing o Perplexity, hagan lo mismo. Google invierte más de 26,000 millones de dólares al año en estos acuerdos, siendo Apple el principal beneficiario, ya que cerca del 40% de sus búsquedas en Estados Unidos provienen de Safari.
Apple, el gran triunfador: libertad y mayores ingresos potenciales
La decisión del juez coloca a Apple en una “posición privilegiada”. Lo que Tim Cook, CEO de Apple, había considerado el negocio más lucrativo de la compañía, ahora se vuelve aún más valioso.
Subasta al mejor postor
Apple ahora tiene la libertad de “subastar ese privilegio al mejor postor”. Podrá mantener a Google como opción predeterminada si sigue siendo quien mejor paga, pero también podrá ofrecer esa posición a Microsoft con Bing, a Perplexity, o incluso a varios buscadores a la vez. Esta situación marca un “paso de un matrimonio forzoso a un mercado abierto”. Esta flexibilidad abre la puerta a modelos híbridos, como usar Google para búsquedas generales y Perplexity para consultas de IA, o buscadores especializados para nichos concretos.
Los ingresos de estos acuerdos son “prácticamente puros” para Apple, y la sentencia asegura que este flujo de dinero, una enorme fuente de ingresos, continuará.
Impacto en Otros Navegadores y Fabricantes
La sentencia también libera a otros fabricantes de smartphones y navegadores. Samsung, por ejemplo, podría ofrecer Bing como una alternativa destacada, y Mozilla podría diversificar sus opciones en Firefox.
Reacción del mercado y nuevas amenazas para google
El mercado reaccionó positivamente a la resolución judicial. Las acciones de Alphabet se dispararon más de un 8%, alcanzando nuevos máximos históricos, mientras que las de Apple repuntaron cerca de un 3%.
Fin a la Incertidumbre Legal
Analistas como Matt Britzman, de Hargreaves Lansdown, señalaron que “este resultado elimina una gran incertidumbre legal que estaba pendiendo sobre la compañía y apunta a que los tribunales están más por la labor de adoptar resoluciones prácticas que por usar tácticas de tierra quemada”. Ben Barringer, jefe de análisis tecnológico en Quilter Cheviot, destacó que “los pagos de Google son una enorme fuente de ingresos para el gigante tecnológico y el hecho de que prosigan son un gran alivio en lo que está siendo un año turbulento para Apple“.
Riesgos para Google: La Subasta Permanente
Para Google, la amenaza no es solo perder la exclusividad, sino enfrentarse a una “subasta permanente”. Si Microsoft decide “apostar fuerte” por conquistar el tráfico de Safari, los costos de Google podrían “dispararse”. Además, si Apple decide diversificar sus opciones, Google podría perder el control sobre una parte importante de su tráfico.
La transformación por la IA
El juez Mehta mencionó repetidamente el “auge de la IA generativa“ y cómo ChatGPT ha “cambiado el panorama competitivo”, lo que influyó en su decisión de no intervenir demasiado en un mercado que está siendo “transformado rápidamente” por nuevos actores. Esta cautela “salvó a Google de un mal mayor”, evitando restricciones mucho más severas o la venta forzosa de Chrome.
El contexto europeo: una causa pendiente
Más allá de la sentencia en EE. UU., Google aún enfrenta una investigación antimonopolio en Europa que lleva cuatro años. Aunque en 2023 la Comisión Europea sugirió una “desinversión obligatoria” de parte de los servicios de Google (similar a lo que pedía EE. UU. y fue denegado por Mehta), la publicación de las conclusiones definitivas ha sido aplazada sin explicación. Se ha especulado que la Unión Europea podría optar por imponer una multa en lugar de obligar a la división de la empresa, aunque esto no ha sido confirmado.
Este fallo judicial es como si una empresa de telecomunicaciones que siempre ha tenido un contrato exclusivo para ser el proveedor de internet en todos los dispositivos de una marca de teléfonos líder, ahora debe competir por ese espacio cada año. Aunque puede seguir siendo el proveedor si ofrece las mejores condiciones, ya no tiene garantizada la exclusividad, y otros competidores pueden pujar por el puesto, lo que obliga a la empresa original a ser más competitiva o a compartir su mercado.