Tomar vino todos los días: qué dice la ciencia y cómo afecta a tu salud

Tomar vino todos los días: qué dice la ciencia y cómo afecta a tu salud
Foto: descorcha.com

¿Es saludable tomar vino todos los días? Esto dice la ciencia y tu cuerpo

El vino es mucho más que una bebida: forma parte de la dieta mediterránea y de las tradiciones culinarias en países como México. Cada 25 de mayo se celebra el Día Internacional del Vino, una oportunidad perfecta para hablar no solo de sus maridajes y sabores, sino también de lo que ocurre en tu cuerpo cuando decides tomar una copa diaria.

El vino y su fama como aliado del corazón: ¿mito o realidad?

Durante años, se ha dicho que el vino —en especial el tinto— tiene propiedades cardioprotectoras gracias a compuestos como el resveratrol, un antioxidante presente en la piel de las uvas. Algunos estudios antiguos lo relacionaban con una mejor salud cardiovascular e incluso con la longevidad. Sin embargo, investigaciones recientes han cuestionado esta narrativa.

La realidad es que el vino puede ofrecer algunos beneficios para la salud, pero solo en cantidades moderadas y en personas adultas sanas. No se trata de una bebida milagrosa ni de una solución para prevenir enfermedades.

Recomendaciones científicas actuales sobre el consumo de vino

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere como límite seguro una copa al día (150 ml) para mujeres y hasta dos para hombres. No obstante, diversos países han endurecido estas recomendaciones. Por ejemplo, en 2024, Canadá propuso limitar el consumo a un máximo de dos copas por semana, debido a los riesgos asociados con el alcohol como el cáncer, la hipertensión y el daño hepático.

¿Qué efectos tiene una copa de vino diaria en tu cuerpo?

Cuando se consume con moderación, el vino puede generar ciertos efectos positivos en el organismo:

  • Estimula la circulación gracias a los polifenoles presentes en las uvas.
  • Favorece la relajación por el leve efecto vasodilatador del alcohol.
  • Potencia el sabor de los alimentos al acompañar las comidas.

Sin embargo, un consumo frecuente o en exceso, incluso en pequeñas cantidades, también puede traer consecuencias negativas:

  • Aumento de la acidez gástrica y riesgo de reflujo o gastritis.
  • Interferencia con el hígado, especialmente si se toman medicamentos.
  • Generación de tolerancia psicológica, donde la copa deja de relajar y se convierte en un hábito difícil de romper.

Más importante que cuánto tomas, es cómo lo haces

Más allá de preguntarte si puedes o no tomar vino todos los días, lo esencial es analizar cómo lo haces. Beber una copa de vino al día acompañada de alimentos, en un ambiente tranquilo y sin superar las dosis recomendadas, puede formar parte de un estilo de vida equilibrado.

Lo ideal es alternar días sin alcohol y no utilizar el vino como método de relajación constante. También es importante recordar que no es necesario beber vino para estar sano; sus beneficios no superan los riesgos si se consume de forma indiscriminada.

Disfruta el vino con responsabilidad y conciencia

El vino puede ser una experiencia sensorial enriquecedora y parte de la cultura gastronómica. Sin embargo, su consumo debe ser moderado, consciente y no obligatorio. Celebra su historia y sabor, pero también escucha lo que tu cuerpo te dice: menos puede ser más.

Valentina Rodríguez