Texas presiona a Donald Trump para que use aranceles y obligue a México a cumplir con el tratado de agua

En un contexto de grave escasez de agua, legisladores de Texas están impulsando la idea de que la administración de Donald Trump incluya en sus negociaciones comerciales con México la presión para que el país vecino cumpla con la distribución fronteriza de agua establecida en el tratado bilateral de 1944. Esta iniciativa se ha vuelto urgente debido a las consecuencias económicas que enfrenta el estado texano, especialmente en el sur, por el incumplimiento de este acuerdo.
Impacto económico en el sur de Texas por la falta de agua
Texas enfrenta pérdidas millonarias debido a la escasez del recurso hídrico
Una de las principales preocupaciones de los legisladores texanos es el daño económico causado por la falta de agua para la irrigación. Según cálculos de la Universidad Texas A&M, las pérdidas anuales ascienden a cerca de 993 millones de dólares, afectando principalmente a las áreas agrícolas del sur de Texas. Esto ha llevado a que, el año pasado, una planta de azúcar en el Valle de Texas se viera obligada a cerrar debido a los niveles insuficientes de agua.
La congresista demócrata Erin Elizabeth Gámez, quien representa una población predominantemente hispana, ha subrayado la gravedad de la situación, advirtiendo que el incumplimiento del tratado de aguas de 1944 por parte de México está afectando directamente la producción agrícola, el empleo y la inversión en la región.
El tratado de aguas de 1944 y su incumplimiento por México
El tratado de aguas y sus implicaciones en la relación bilateral
El tratado de aguas entre México y Estados Unidos, firmado en 1944, establece una serie de acuerdos sobre el uso y distribución del agua del Río Bravo y otros cuerpos de agua compartidos por ambos países. Sin embargo, los legisladores texanos aseguran que México no ha cumplido con sus obligaciones en los últimos 30 años, lo que ha exacerbado la escasez de agua en el estado. En particular, señalan que México ha aumentado su producción agrícola en el estado de Chihuahua, utilizando volúmenes de agua que exceden los límites establecidos en el tratado, afectando el flujo de agua hacia Texas.
Propuestas de los legisladores texanos para presionar a México
Iniciativas legislativas para resolver la crisis hídrica
Ante esta situación, los legisladores texanos han presentado diversas propuestas. El senador estatal Adam Hinojosa fue uno de los primeros en presentar un decreto que exige a las autoridades estadounidenses tomar medidas para garantizar que México cumpla con el acuerdo firmado hace más de 80 años. Este decreto también insta a la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) y al Departamento de Estado de EE. UU. a actuar.
Por su parte, el senador Charles Perry propone utilizar el flujo de agua del Río Bravo como una forma de presión en las negociaciones bilaterales. Su idea es condicionar el comercio entre ambos países a la entrega de agua, lo que, según él, beneficiaría a los agricultores del Valle de Texas, que enfrentan serias dificultades debido a la sequía.
La falta de agua como un obstáculo para la economía de Texas
El impacto de la sequía en la agricultura y la industria en el sur de Texas
El cierre de la planta de azúcar y la reducción de la producción agrícola no son los únicos efectos visibles de la escasez de agua. La economía en general, en áreas como El Valle de Texas, está siendo fuertemente impactada por la falta de acceso al agua. Las industrias locales también se ven afectadas, lo que aumenta la desempleabilidad y dificulta la inversión en la región.
El senador Cody Harris, también republicano, ha impulsado una propuesta que busca destinar hasta mil millones de dólares anuales al Fondo de Agua de Texas, una cuenta especial creada en 2023 para financiar proyectos de infraestructura hídrica y mejorar la situación de los recursos en el estado.
Desafíos para resolver el conflicto del agua entre México y Estados Unidos
El papel de las condiciones actuales de la cuenca del Río Bravo en el conflicto
A pesar de las iniciativas de los legisladores texanos, algunos expertos apuntan que las condiciones actuales de la cuenca del Río Bravo hacen muy difícil cumplir con los requerimientos establecidos en el tratado de 1944. Según la investigadora del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, Rosario Sánchez, la cuenca está comprometida más allá de sus límites, lo que hace imposible que se pueda cumplir con las cantidades de agua estipuladas en el acuerdo.
Aunque tanto Estados Unidos como México están dispuestos a llegar a un acuerdo, la situación es compleja debido a los efectos de la sequía y el uso excesivo de los recursos hídricos por parte de ambos países.
El gobierno mexicano ante la presión de los aranceles
México espera las decisiones de Estados Unidos antes de actuar
Por su parte, el gobierno de México, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, aún no ha respondido formalmente a las peticiones de los legisladores texanos. La presidenta indicó que esperará hasta el 2 de abril, cuando Estados Unidos tiene previsto aplicar aranceles a productos metálicos mexicanos, para decidir las acciones a seguir. Este contexto añade una capa de incertidumbre y tensión a la ya compleja relación entre ambos países.
La disputa sobre el cumplimiento del tratado de aguas y el uso del recurso hídrico compartido podría ser un tema clave en las futuras negociaciones entre México y Estados Unidos, especialmente con la aplicación de posibles aranceles comerciales como herramienta de presión.